viernes, 4 de marzo de 2011

Hermanos



El 21 de abril de 1967 el vehículo 100 millones de la General Motors  salió de la fábrica de Janesville era un Capris azul de dos puertas, hubo una gran ceremonia, discursos, hasta acudió el vicegobernador, tres días más tarde esa misma cadena de montaje termino otro coche, nadie se fijó en el en absoluto, debieron hacerlo… porque este Chevrolet Impala de 1967, llegaría a ser el coche más importante… no… el objeto más importante en el universo entero, su primer propietario fue Salt Moriarti, un ex alcohólico con 2 ex esposas, y 3 arterias obstruidas, que pasaba los fines de semana conduciendo, repartiendo biblias entre los pobres, preparándolos para el dia del juicio final. San y Deán no saben esto pero si lo supieran, les haría mucha gracia. 
Cuando Salt murió su coche fue a parar a Renbow Motors, un negocio de automóviles usados de Lorenz, donde un joven marine lo compro siguiendo un impulso, bueno… un impulso y el consejo de un amigo, es ahí donde comienza la historia y aquí es donde acaba.
El impala por supuesto, lleva todo lo que lleva cualquier coche… y algunas otras cosas… pero nada de eso importa, esto es lo que importa, el soldadito que Sam incrusto en el cenicero siendo pequeños, sigue allí encajado. Las piezas de Lego que Deán metió por la rejilla de ventilación, todavía hoy se oyen repiquetear cuando se pone la calefacción, esas son las cosas que hacen suyo ese coche… realmente suyo!, cuando Deán tuvo que reconstruirlo de la nada, se aseguró de que todo siguiera allí, porque las imperfecciones… lo hacen así de bonito, el diablo no sabe ni le importa qué clase de coche conducen los chicos.
Entre trabajo y trabajo, San y Deán tenían un día libre de trabajo de vez en cuando, una semana con mucha suerte, pasaban el tiempo ganando pasta. San antes insistía en buscar un trabajo honesto, pero ahora se dedica al billar como su hermano, podían ir donde quisieran y hacer lo que quisieran, han conducido 1500 kilómetros para ir a un concierto de Ozzy y dos días para ver un partido de los YeyJob, y cuando todo estaba tranquilo, aparcaban en mitad de la nada y se sentaban en el capo a mirar las estrellas, durante horas, sin decir ni una palabra…
Y nunca se les ocurrió pensar que… jamás habían tenido un techo y cuatro paredes… pero en realidad nunca han carecido de hogar, estaba con ellos…
Los finales son difíciles… cualquier mono con un teclado puede escribir el principio de una historia, pero los finales son imposibles… uno intenta atar todos los cabos sueltos pero nunca lo consigue, los fans siempre se quejaran, siempre quedaran lagunas… y como es el final tiene que un sentido profundo, enserio los finales son un coñazo…
Esta será la última vez que Deán y Bobby se verán en mucho tiempo, y para que conste, la próxima semana a esta misma hora Bobby estará cazando un metamórfico en Deutón, pero Deán no …   Deán no quería que Cass le salvara, hasta la última fibra de su ser quiere morir o encontrar el modo de devolverle la vida a Sam, pero no hará ninguna de las dos cosas, porque hizo una promesa.
Y…. ¿qué sentido ha tenido todo esto? Es difícil saberlo… yo diría que era una prueba para Sam y Deán… y…  creo que no lo han hecho nada mal, peleando contra el bien, el mal, los ángeles, los diablos, el destino y el propio Dios. Tomaron sus propias decisiones, eligieron la familia y… en fin… ¿no es ese el sentido de todo? 
No hay duda, los finales son duros… aunque… por otra parte… nada acaba del todo nunca… ¿verdad?
THE END

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